¡Hola! Por fin puedo sentarme como una persona "casi" normal y lo primero es hacerlo delante del ordenador para escribirle a mi niña.
¡Qué cierto es eso de que cuando miras a tu hijo se te olvida todo lo que has tenido que pasar! La verdad es que yo no me puedo quejar, Paula se ha portado muy bien conmigo tanto en el embarazo, como en el parto. Ha habido "daños colaterales" de los que me estoy recuperando poco a poco (esos que no te dejan sentarte en unos días...), pero por lo demás.... pues eso.... ¡que no recuerdo nada!
Sólo recuerdo las ganas que tenía de verte, tuvieron que aspirarte un poco porque te hiciste caquitas en el líquido amniótico y hasta que no te vistieron no pude tenerte en mis brazos. Si no me hubieran distraído hablando, me habría echado a llorar cuando te acercaban a mi.
Y luego.... tan despierta, tan guapa, tan tranquila (no todo el mundo lleva bien que con unos minutos de vida haya 6 personas a su alrededor haciéndole fotos y "babeando". Pero yo ya te había ido explicando que tenías que ser sociable, que hace la vida muchos más feliz y divertida. Y esa sonrisa con la que nos desarmas de vez en cuando...
Hoy terminamos la ronda semanal de médicos (tanto tú como yo), estamos los dos estupendas, así que a partir de ahora a seguir el camino. Intentaremos (papá y yo) hacerlo lo mejor posible. Aunque tendremos que aplicarte bastante disciplina porque ya hay muchísimas personas que te adoran y que han prometido darte todos los caprichos que puedan...
TE QUIERO, mi niña.
jueves, 4 de febrero de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario